
Mira hacia arriba, no pienses de mas, que ya todo acabará. Y te darás cuenta que solo fueron 12 segundos de oscuridad.
Y en la soledad de tus noches, recuerda que volando voy a tu habitación, cada vez que me llames.
Llegaré siguiendo la huella de tu mirada, y te encontraré bañado en polvo de estrellas, pidiéndome por favor que ponga alto al fuego y que calme tus horas.
No quiero entender la vida, solo quiero un lugar en tu almohada. No soporto estas ganas de ti cuando no puedo tenerte. Eres mi Edén, mi cara B, mi eco.
Quedarán por siempre aquellos tiempos en que fuimos lo que fuimos, porque siempre seremos. No hay un antes, no hay una era de amar. Esto es siempre, esto es una fusión eterna.
En este mundo no hay frontera; la Madre Tierra nos aguarda en cada lugar.
La Luna de espejos nos mira desde el cielo, cuidando el vaivén de tus pasos.
Somos la trama y el desenlace de este mundo. Vamos sin equipaje caminando cerca del mar, esperando la salida del Sol.
Gracias hermana duda, por dar el don de fluir a mis pensamientos.
Gracias a ti, quien quiera que seas, por enseñarme que la vida es mas compleja de lo que parece.
Crece, camina y que el soneto nos tome por sorpresa. Verás que tu corazón va a sanar, y te reirás de este veneno cuando veas que la tristeza se va, se va, se fue...
No sabes la dicha que me produjo leer algo tan simple y maravilloso. El hecho de conectar la volatilidad de las palabras de Drexler, interpretadas por la mujer de mi vida, es un viaje sublime hacia el deseo de explorar lo más incógnito del onírico espacio exterior.
ResponderEliminarUna mirada profunda al magnetismo de tus pasos, unidos a la perplejidad de tu exhaustiva esencia, la que te hace única, grande... y mía.
¡Cuánto te amo, Catalina!
Mi hermosa Catalina...