sábado, 23 de abril de 2011

Pasión


Cantando, misteriosamente a espaldas del mundo. En el abismo, en la luz.
Danzando a nuestras sombras, ciegas. Brillando en el aroma del amor.
Hundiéndonos, hasta llegar a la cima. El final de lo eternamente confuso.

Tú, el eterno resplandor de mi mente sin recuerdos.
Tú, el diario de mi pasión.
Tú, el crepúsculo de mis dolores.

Has de ser tú quién me guíe hacia el comienzo?
Eres tú mi estrella de la suerte?
Eres tú, el dulce café de mis inviernos?

No me reservo comentarios, no te esconderé mis versos, jamás.
No seré yo quien sacuda mi mano, en señal de despedida.
No serás tu quien agite el pañuelo blanco.

No seremos nosotros blanco de incertidumbres.